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NASA lanza satélites para investigar tormentas solares y proteger infraestructura terrestre

La NASA se prepara para un nuevo paso en la exploración del clima espacial con el lanzamiento de dos satélites que buscan desentrañar los procesos detrás de las tormentas solares. Esta iniciativa representa un avance crucial para anticipar fenómenos capaces de afectar redes eléctricas, comunicaciones y sistemas de navegación en todo el planeta. Programada para despegar este martes 22 de julio desde California, la misión tiene como objetivo mejorar la comprensión de cómo la energía solar interactúa con el campo magnético terrestre.

Conexión magnética: un peligro oculto proveniente del espacio

La misión, llamada TRACERS (Tandem Reconnection and Cusp Electrodynamics Reconnaissance Satellites), está orientada a estudiar la reconexión magnética, un fenómeno que sucede cuando los campos magnéticos del Sol y la Tierra se unen y reconfiguran. Esta rápida liberación de energía podría generar un poder similar al total de la electricidad utilizada en Estados Unidos en un día. Sus efectos no solo son impresionantes, como las auroras boreales, sino también pueden ser peligrosos, ya que tienen el potencial de dejar satélites fuera de servicio y causar cortes eléctricos.

El aumento reciente de la actividad solar, al alcanzar su punto máximo en el actual ciclo de 11 años, ha incrementado la preocupación sobre los posibles efectos de estas tormentas en la infraestructura tecnológica mundial. En este contexto, TRACERS representa una herramienta fundamental para mitigar riesgos y desarrollar sistemas de alerta más eficaces.

Nuevos satélites en alineación para una perspectiva incomparable

Los dos satélites serán lanzados a bordo de un cohete SpaceX Falcon 9 desde la Base de la Fuerza Espacial de Vandenberg, en California, a las 14:13 horas (tiempo del este de Estados Unidos). Una vez en órbita baja terrestre, se desplazarán en formación cerrada a más de 25.750 kilómetros por hora, con una diferencia de tiempo de entre 10 y 120 segundos entre uno y otro. Esta proximidad permitirá observar la evolución del clima espacial en tiempo casi real.

Cada satélite cuenta con dispositivos especializados para observar el comportamiento del gas caliente e ionizado, es decir, el plasma que emite el Sol, y su impacto en la magnetosfera terrestre. Los datos obtenidos permitirán identificar si los fenómenos de reconexión magnética se aceleran, disminuyen su velocidad o alteran su orientación, brindando un entendimiento más profundo de un proceso complejo y hasta el momento poco conocido.

Las cimas polares: zonas frágiles del campo magnético

La investigación se centrará en las regiones conocidas como cúspides polares, áreas del campo magnético terrestre situadas sobre los polos, donde las partículas solares pueden penetrar con mayor facilidad. Estas zonas actúan como portales naturales por los cuales el viento solar accede a la atmósfera, creando condiciones ideales para que se produzcan eventos de reconexión magnética.

Al estudiar estas regiones con dos satélites en movimiento coordinado, los científicos podrán comparar las variaciones en las mediciones y reconstruir la dinámica exacta de estos fenómenos. Se espera que los datos obtenidos sean esenciales para el desarrollo de modelos predictivos más precisos.

Un paso hacia la protección de los sistemas globales

Los efectos del clima espacial no se limitan a los entornos científicos o espaciales. Las tormentas solares pueden tener un impacto directo en la vida cotidiana, desde interferencias en señales GPS hasta interrupciones en las comunicaciones y daños a las redes eléctricas. Por ello, la misión TRACERS también tiene una dimensión práctica: proteger la infraestructura crítica que sustenta el mundo moderno.

Además, esta misión aporta información vital para la seguridad de astronautas en el espacio, cuya exposición al clima solar puede representar un riesgo significativo. Al comprender mejor cómo interactúan el Sol y la Tierra, se podrán planificar misiones espaciales con mayor seguridad y eficiencia.

El porvenir de la misión y su potencial prolongación

Aunque la operación inicial de TRACERS está prevista para un año, existe la posibilidad de que los satélites continúen funcionando más allá de ese plazo. La durabilidad de sus sistemas y el valor de los datos recopilados podrían justificar una extensión, permitiendo un monitoreo más prolongado de los fenómenos magnéticos.

Esta misión forma parte del programa Small Explorers de la NASA, diseñado para desarrollar investigaciones científicas de gran impacto con recursos limitados. TRACERS no solo cumple con ese propósito, sino que también reafirma el compromiso de la agencia con la exploración y comprensión del entorno espacial que influye directamente en la vida terrestre.

Con este lanzamiento, la NASA da un paso firme hacia el futuro del monitoreo espacial y la protección del planeta frente a amenazas invisibles pero reales que emanan del Sol.

jhenny dandrea
Jenny D'Andrea

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Por Jenny D'Andrea

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