Los productos farmacéuticos falsificados que se comercializan en todo el mundo producen un negocio de cuatro mil cuatrocientos millones de euros. Los datos de la Oficina de Propiedad Intelectual de la UE no dejan sitio a la duda. La falsificación de medicamentos es un inconveniente que va medrando y que cobra especial relevancia en estos momentos de pandemia sanitaria. Son una seria amenaza directa para la salud y, en algunas ocasiones, hasta para la vida.
Con la aparición y increíble expansión del coronavirus por todo el planeta, los cuerpos de seguridad han detectado un serio problema añadido a la pandemia: la proliferación de medicamentos falsos que anegan internet y que prometen mejoras frente a la enfermedad. Se ha pasado de buscar desesperadamente mascarillas a buscar medicamentos antivirales como Arbidol, Faviparir y también hidroxicloroquina. Son algunos ejemplos de productos estrellas en ese mercado virtual que ha empezado desde la llegada de un virus, que ha provocado más de 3 millones de contagiados y miles de fallecidos en todo el mundo.
La pandemia del COVID-diecinueve ha servido para sacar a flote un problema que según los especialistas, tanto policiales como médicos, no han hecho más que destapar una mínima parte de una industria floreciente de falsificación de fármacos que plantea una amenaza cada vez más seria para la salud pública en todo el mundo. Y es que la adulteración y fabricación fraudulenta de medicamentos es un problema histórico, que ahora se ha agravado enormemente por la manufactura y comercialización moderna.
El comercio de fármacos falsificados engloba desde las substancias relacionadas con el deporte y el estilo de vida hasta antibióticos, analgésicos y fármacos relacionados con la malaria, la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardiacas. Todo este mercadeo supone un negocio que mueve 4.400 millones de euros, conforme los datos de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea.
Como se puede revisar, este comercio ilícito asimismo engloba a los fármacos que salvan vidas. Por esa razón, la OMS colabora, desde hace años, con la Interpol para advertir y detener a las redes delictivas que se dedican a este comercio que juega con la vida de muchas personas y que produce miles de millones de euros de negocio.
Fármacos falsos: un riesgo real para la salud
Estos fármacos falsificados pueden contener principios activos en dosis incorrectas o menor dosis de las autorizadas e incluso incluir elementos tóxicos, lo que supone un gravísimo peligro para la salud de las personas y de los enfermos. Y día a día aparecen nuevos datos sobre la afectación real de esta clase de prácticas.
Según un estudio publicado por The American Journal Tropical Medicine and Hygiene, los medicamentos falsos provocan la muerte de doscientos cincuenta niños por año y en el África Subsahariana producen más de ciento quince mil muertes al año. Además de muerte, este tráfico de medicamentos falsificados provoca importantes costos y gastos económicos al sistema público de salud de todos y cada uno de los gobiernos del planeta.
Igualmente, los expertos apuntan que los países en vías de desarrollo son asimismo un blanco ideal para estos delincuentes, en tanto que en estos lugares los costos de los fármacos genuinos pueden resultar inasequibles para la mayor parte de la población, aspecto que se junta con la debilidad de los controles existentes en esos países para detener esta clase de delitos contra la salud pública.
Coronavirus, un inconveniente mundial para hacer negocio
Como hemos comprobado, la pandemia del COVID-19 está sirviendo a los delincuentes de la salud para incrementar el negocio de la falsificación de medicamentos. Un estudio muy reciente de la empresa de España Smart Protection ha concluido que la venta de productos sanitarios falsificados en internet se ha disparado, sobre todo, en marketplaces.
La investigación apunta que el cincuenta y ocho por ciento de la oferta ilegal de fármacos y mascarillas relacionadas con la pandemia se hallaba en redes sociales, al paso que el 38 por ciento está en las plataformas de comercio virtual. Y es que los delincuentes no descuidan los detalles y copian con perfección el envoltorio, la imagen comercial, los folletos informativos, los números de lote, fecha de caducidad, así como la forma y los tonos del medicamento original.
Según un estudio, realizado por el Center for Medicine, las ventas de medicamentos falsificados en E.U. en 5 años se han aumentado en un 90 por ciento . Y es que la pluralidad de productos y la ayuda de Internet han tolerado que las ventas se disparen en todo el mundo.
Los primordiales fabricantes de estos productos ilegales son India y China, al paso que los primordiales puntos geográficos donde se genera el tráfico de envío son Singapur y Hong Kong. Este mercadeo se favorece merced al envío de pequeños bultos postales o bien por mensajería que son más difíciles de detectar para los agentes de aduanas.
De hecho, entre 2014 y 1016, el noventa y seis por ciento de todas y cada una de las incautaciones aduaneras de productos farmacéuticos falsificados se correspondían a entregas por correo postal o bien correo urgente. Los países que se han visto más afectados por este mercado de productos médicos falsificados son E.U., R. Unido, Francia, Austria, Suiza y Alemania.
En España, la falsificación de medicamentos es un inconveniente mas continúa limitado a la utilización de Internet. Según la Agencia De España de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) y la patronal Farnaindustria, el sistema de verificación de control de este país es genial. Esto implica que los envases incluyan dos dispositivos de seguridad añadidos para su control, lo que hace muy complicado a los falsificadores incluir fármacos falsificados en la red de distribución de farmacias nacionales.
Otro cantar es ese campo sin vallas que es Internet. La Aemps reconoce que fuera de las farmacias sí se advierten fármacos falsificados, así como productos adulterados con principios activos no declarados en su comisión. En verdad, la agencia apunta de manera directa a internet para jugar ese papel esencial para facilitar el acceso a este tipo de productos ilícitos, merced al trabajo de webs ilegales en el mundo entero, y en este país igualmente.